La gestión inadecuada de residuos peligrosos puede tener consecuencias graves, como la contaminación del agua, del suelo y del aire, así como efectos adversos en los ecosistemas y en la salud pública. Por ello, es fundamental implementar medidas estrictas para su manejo, almacenamiento, transporte y disposición final, conforme a las normativas nacionales e internacionales.